martes, 21 de junio de 2011

Alexander PATO

Alexandre Pato es una de las jóvenes promesas del fútbol brasileño, como nos tiene acostumbrados este país casi de constante. Actualmente el nombre que más promete es el de Alexandre Rodrigues da Silva, quien nació el 2 de septiembre de 1989 en la ciudad de Pato Branco (de ahí su apodo), Estado de Paraná.
Pato comenzó, como la gran mayoría de los jugadores de futbol brasileños, ha enamorarse del balón en las canchas de Futsal cuando tenía tan solo 3 años de edad. Indudablemente los dotes de su técnica fueron rápidamente observados y se supo que este chico iba a llegar.
Cuando cumplió 13 años el Internacional de Porto Alegre lo convocó para formar parte de sus divisiones inferiores y Alexandre Pato se trasladó a esa ciudad para vivir y practicar su amado deporte.
Inmediatamente asombró a todos con su capacidad de regate y potencia para arrancar con balón dominado desde el medio del campo de juego e inclusive más atrás, además de acertar maravillosos pases que dejaban de cara al gol a sus compañeros. Rápidamente fue escalando categorías hasta que al cumplir 17 años era casi imposible seguir ocultando este diamante en bruto.
El 26 de noviembre de 2006 el equipo principal del Inter debía jugar contra el poderoso Palmeiras y ese era el día marcado para que Alexandre Pato hiciera su debut oficial en primera división.
El partido no pudo haber sido mejor, era como si los sueños fueran la propia realidad, Inter se opuso 4 tantos contra 1, Pato abrió el marcador a los 2 minutos de estar en el campo de juego y asistió a sus compañeros en dos oportunidades.
El revuelo de la prensa brasileña fue enorme, se lo comparó inmediatamente con Kaká y Ronaldo. Lo cierto es que Alexandre Pato podríamos decir que tiene las mejores cosas de estos dos. Recientemente Pato declaró que desde muy pequeño se ha inspirado en Ronaldo, de quien cree que fue el mejor y le gustaría un día lograr la potencia y visión que supo tener el goleador de la Copa del Mundo 2002.
Tras su debut en el primer equipo de Inter de Porto Alegre todo aconteció vertiginosamente. Luego del partido con Palmeiras no pasó mucho tiempo para que estuviera disputando la Copa Mundial de Clubes de la FIFA y anotara en el partido semifinal ante el conjunto del Al-Ahly. Días después tuvo la oportunidad de ingresar desde el banquillo para jugar en la final que su equipo ganó ante el FC Barcelona.
Finalizado el Mundial de Clubes Alexandre Pato tenía por delante la disputa en el verano de 2007 de la Copa Mundial de Fútbol Sub-20 en Canadá. Todo hacía pensar que Pato brillaría, que el fútbol brasileño nuevamente demostraría sus rasgos característicos de fútbol dinámico acompañados por constantes destellos de calidad de sus jugadores; pero en cambio se vio un combinado verde-amarelo que apostó a un futbol táctico y de marca. Definitivamente no es el fútbol de Brasil y sus jugadores no lograron interpretarlo, lo que llevó a sufrir derrotas históricas ante Estados Unidos, Polonia y España en octavos de final.
De regreso a casa levantó la Recopa Sudamericana tras vencer al Pachuca de México por 4-0. 
Pato continuaba deleitando a los fanáticos brasileños con jugadas memorables, bicicletas a los porteros para definir con la valla libre, regates a una velocidad incontrolable, pases que solo su ojo alcanzaba divisar y sobre todo mucha potencia.
En agosto de ese 2007, luego de que los más grandes clubes europeos mantuvieran una importante puja por sus servicios, el AC Milan se hizo de sus derechos por 5 temporadas tras depositar 22 millones de euros en las arcas del Inter de Porto Alegre. A Italia llegaría recién en enero para sumarse a los entrenamientos de su nuevo club.
El 13 de enero el conjunto ‘rossonero’ enfrentaba al Napoli y Alexandre Pato debutaba con un gol en la victoria por 5-2. Los fanáticos de Milan comenzaban a regocijarse y a creer que una nueva estrella brasileña había llegado cuando en su segundo partido anotó los dos goles con que el club venció 2-0.
Esa buena labor realizada los primeros meses en el duro fútbol italiano le valieron que el técnico de la selección mayor de Brasil, Dunga, lo convocara para disputar un partido amistoso ante Suecia el 26 de Marzo. Pato fue titular y anotó el gol con que Brasil ganó 1-0.
Definitivamente estamos ante una de las mayores promesas juveniles del fútbol mundial, esperemos que se convierta en una realidad y no suceda como con tantos

martes, 14 de junio de 2011

JUA LEON MERA

Nació en Ambato el 28 de junio de 1832 y falleció en esta ciudad el 13 de diciembre de 1894. Su padre, Pedro Antonio Mera Gómez era comerciante, y su madre Josefa Martínez Vásconez, crio sola a su hijo, debido a que su esposo la abandonó durante su embarazo.[2] Su infancia fue humilde, y en sus primeros años de vida residió en la finca Los Molinos, ubicada en Ambato, cerca del sector de Atocha. Para poder sostener a la familia, su abuela materna alquilaba esta finca a su hermano Pablo Vásconez, que era un activista político que luchaba contra las políticas de Juan José Flores. Recibió su educación en el hogar, la cual estuvo en gran medida a cargo de su tío abuelo, al igual que de su tío el doctor Nicolás Martínez.[2] A los 20 años de edad, viajó a Quito para recibir clases de pintura con el afamado artista pictórico Antonio Salas, donde aprendió el manejo del óleo y las acuarelas.[2] A los 33 años de edad él junto con Antonio Neumane crearon el himno nacional de la república del Ecuador.
[editar] Incursión en la literatura
En el año de 1854, se publicaron sus primeros versos de poesía en el periódico La Democracia, con la ayuda del escritor Miguel Riofrío.[2] Fundó la academia ecuatoriana de la lengua en 1874 y fue miembro de la Real Academia Española de la Lengua.[1]
Es considerado uno de los precursores de la novela ecuatoriana por su famosa novela Cumandá publicada en Quito en el año 1879, y luego en Madrid, en 1891. Esta novela ha sido utilizada por Luis H. Salgado (1903-1977), Pedro Pablo Traversari Salazar (1874-1956) y Sixto María Durán Cárdenas (1875-1947), compositores ecuatorianos del siglo XX para escribir cada uno una ópera.
[editar] Carrera política
Además de escritor y pintor fue también político conservador, y seguidor de Gabriel García Moreno.[1] Fue gobernador de la provincia de Cotopaxi, secretario del Consejo de Estado, senador, presidente de la Cámara del Senado y del Congreso Nacional.
En la actualidad se puede visitar la casa-museo "La quinta de Juan León Mera", en la ciudad de Ambato, antigua residencia del escritor y donde se exhiben sus pertenencias.[3]
[editar] Obra
Año de publicación Obra literaria
1857 Fantasías
1857 Afectos íntimos
1858 Melodías indígenas
1858 Poesías
1861 La virgen del sol
1865 Himno Nacional del Ecuador
1868 Ojeada histórico-crítica sobre la poesía ecuatoriana
1872 Los novios de una aldea ecua
video


enlace
http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_León_Mera

fraces
 La belleza es el primer regalo que ofrece la naturaleza a las mujeres, y también el primero que les quita.

domingo, 12 de junio de 2011

Eugenio espejo

Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo ( 1747, en QuitoEcuador - 27 de diciembre de 1795, encarcelado en Quito). Fue un prominente investigador científico, médicoescritorabogadoperiodista, pensador, quiteño ideólogo político y considerado en Ecuador prócer de la independencia.

Según la leyenda romántica, fue hijo de un indígena quechua, Luis Chuzig (lechuza), procedente de Cajamarca de una familia de picapedreros, quien se instaló en Quito como asistente del sacerdote y médico José del Rosario. Su madre, Catalina Aldás, era una mulata nacida en Quito.1 Al contrario de lo que se piensa Luis Chuzig, no solo fue un simple picapedrero o asistente de José del Rosario, fue además y por sus propios medios un indio culto, que aprendió a leer gracias a la ayuda de Don Luis Benítez de la Torre, Cura y Vicario de Cajamarca, quien a escondidas, instruyó a Luis "Chuzig", ya que en esa época era prohibido, que los indios sepan leer, y este en agradecimiento utilizó el apellido "Benítez", mismo apellido con el que contrajo matrimonio con Catalina Aldás. El origen de apellido "Santa Cruz y Espejo" no está aun esclarecido, pero se cree, que fue impuesto por algún español, ya que en esa época, todos los indios evangelizados, se les asignó nombres y apellidos cristianos.2 Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo, aprendió sus primeras letras en casa de sus padres y luego, supuestamente, en una escuela católica para niños pobres. Sin embargo, existe controversia sobre el origen del sabio quiteño, pues existen documentos que comprueban que el nombre familiar de Espejo, lo llevaba ya el padre de Eugenio, quiteño, e incluso su abuelo, español. Es más, la inscripción de nacimiento de Eugenio de Santa Cruz y Espejo, está dada como tal, y ubicada en el libro de blancos, hecho imposible de consumar para un indígena, por influyente que fuera, ya que el sistema de castas de la Colonia lo prohibía explícitamente. Pero también, podría existir evidencia que María Catalina Aldás Larraincar o Larrinzar, no era mulata, sino de origen español hecho del que se valieron sus padres para poder inscribirlo en uno de los más prestigiosos colegios de Quito "El Colegio de San Luis" para el efecto, María Catalina Aldás, presentó su partida de nacimiento.2 Por otro lado, una vez inscrito desde muy temprana edad en colegios exclusivos de la aristocracia quiteña, llego a ser electo representante de sus compañeros en varias ocasiones. De esta época data su probable y único retrato conocido, en compañía de su clase.

Según algunos historiadores que defienden la historia romántica de Espejo, a él le fue muy difícil abrirse paso dentro la clasista sociedad colonial, pero consiguió doctorarse en medicina en 1767 y poco después también en jurisprudencia y derecho canónico. Dentro la sociedad quiteña se convirtió en el eje de la vida cultural y propagador de ideas progresistas, con un considerable apoyo por parte de la aristocracia criolla. En 1779 publica su primera gran obra, El Nuevo Luciano de Quito una crítica terrible a todos los problemas y deficiencias de la vida cultural en la Real Audiencia de Quito. Fue acusado de ser el autor de un texto que aplaudía el levantamiento de Túpac Amaru y Tupac Catari. Su activismo cultural acabó enfrentándolo a las autoridades, que lo procesaron en la capital del virreinato, Bogotá, pero este hecho contribuyó a aumentar aún más su prestigio; ya que salió libre de todo cargo.
Hijo de un indio cajamarquino, que había llegado a Quito como paje de un fraile y de una mula­ta cuya madre había sido esclava de otro reli­gioso. Ni siquiera poseía apellidos propios. Los de sus padres, que él recibió, eran apelli­dos adoptados. El indio se hacía llamar Luis de la Cruz Espejo. La mulata, Catalina Aldas y Larraincar. Alguien que quiso denigrarlo, un cura del poblado de Zámbiza, le echó en el rostro la humildad de tal origen, y dejó así es­te chisme para la posteridad: "es constante que su padre, Luis Chuzhig por apellido y mu­dado en el de Espejo, fue indio oriundo y na­tivo de dicha Cajamarca, que vino sirviendo de paje de cámara al Padre Fray José del Ro­sario, descalzo de pie y pierna, abrigado con un cotón de bayeta azul y un calzón de la misma tela".
El antiguo peón de Cajamarca puso todo empeño y apti­tud en convertirse en cirujano de aquel centro de salud. De lo que hay que hablar con admiración es más bien de la manera con que educó y formó a su hijo Eugenio Francisco Xavier. Batallando con circunstan­cias desalentadoras, aflictivas, estimuló tem­pranamente las facultades intelectuales de és­te. Alimentó su vocación médica, originada sin duda en el ambiente del hospital, en don­de el pobre vástago indio pasó los años de la niñez y la adolescencia. Y cuya culminación no fue solamente la de un título de doctor en medicina, sino la de la forja de una sólida per­sonalidad de investigador. Ella está explícita en el mejor de sus libros: "Reflexiones acerca de las viruelas".
Aquel hijo de indio y de mulata, desti­tuido hasta de apellidos propios, debió sopor­tar la adversidad de un medio que discrimi­naba tercamente los grupos sociales siguien­do los prejuicios de la sangre y el dinero. A veces usaba nom­bres supuestos para firmar sus libros. No podemos suponer cómo fue el aspecto verda­dero de tal hombre. Su fisonomía y su figura. Aun a pesar del breve autorretrato que él es­cribió. Los óleos y bronces que ahora preten­den mostrarnos su imagen son una pura in­vención del artista.
Eugenio Francisco Xavier Espejo no pudo menos que sufrir el conflicto psicológico que eso produ­cía. Se lo advierte en sus actitudes y confesio­nes. Intentaba hacer valer el abolengo espa­ñol de los allidos Aldas y Larraincar de su madre, sin querer recordar que ésos fueron apellidos adoptados. O pasados ya diez años de la aparición de "El Nuevo Lucia­no de Quito", el Presidente de la Audiencia José de Villalengua y Marfil todavía lo juzga­ba acremente, diciendo que contenía "sátiras a sujetos muy conocidos y de clase muy dife­rente a la de Espejo". ¡Siempre la torpe acusa­ción a la humildad de su origen! Y en 1810, quince años después de su muerte, las autoridades españolas seguían recordándolo con amargo resentimiento. A un hombre de aquella condición social, determinada por la pobreza de su origen, que además se atrevía a opinar con desenfado crítico sobre el estado de las colonias, tenían las autoridades que hacerle víctima hasta de un desdén póstumo. Y así su defunción fue registrada en el libro de indios y negros que mantenían aquellos feroces guardianes de castas y de clases.

El doctor Espejo también soportó cárceles. Fue tratado como un "facineroso". Se trató de confinarlo en las selvas con pretexto de una expedición científica. Se lo enjuició hacién­dole responsable hasta de hechos y papeles que nunca se comprobó que le eran realmen­te imputables. El aclaró su posición sin cobar­día. Reconoció la paternidad de libros de que se enorgullecía. Tuvo que ir a defender­se ante el propio Virrey, en Bogotá, en donde estableció amistad con dos jóvenes colombianos que habrían de honrar a toda Hispanoamérica como Anto­nio Nariño, el primer traductor en lengua cas­tellana de la Declaración de los Derechos del Hombre, y el científico Francisco Antonio Zea.
vídeos:


citas:
A las personas les interesa nuestro destino exterior; el interior, a nuestros amigos. Heinrich Von Kleist
A los amigos, como a los dientes, los vamos perdiendo con los años, no siempre sin dolor. Santiago Ramón y Cajal
enlaces:
http://es.wikipedia.org/wiki/Eugenio_Espejo

lunes, 16 de mayo de 2011

injertos de arboles

Por semillas (progación sexual) la descendencia es variable, pero por los otros tres métodos (propagación asexual) la planta resultante tiene los mismos genes que la planta madre, es decir, es un clon. De esta manera, las buenas características de las variedades de frutas y plantas ornamentales se mantendrán en la descendencia si empleamos la propagación asexual: esquejes, acodos e injertEs posible hacer injertos múltiples, es decir, injertar más de una yema o púa sobre un mismo patrón. Por ejemplo, para obtener un manzano con varias variedades de manzanas; un rosal con flores de distintos colores; Datura arbórea con flores blancas y rojas a la vez... El inconveniente es que la vida de las plantas con injertos múltiples se acorta bastante y puede llegar a durar sólo 2 ó 3 años; dependeos.

injertos

Injerto

Melón,Cucumis melo, injertado sobre tallo de Cucurbita ficifolia
Injerto de olivo.
Injerto de manzano.
Injerto de hendidura.
El injerto es un método de propagación vegetativa artificial de los vegetales en el que una porción de tejido procedente de una planta —la variedad o injerto propiamente dicho— se une sobre otra ya asentada —el patrón, portainjerto o pie—, de tal modo que el conjunto de ambos crezca como un solo organismo. El injerto se emplea sobre todo para propagar vegetales leñosos de uso comercial, sean frutales u ornamentales.1
El injerto se emplea para permitir el crecimiento de variedades de valor comercial en terrenos o circunstancias que les son desfavorables, aprovechando la mayor resistencia del pie usado, o para asegurarse que las características productivas de un ejemplar se mantienen inalteradas, frente a la dispersión genética que introduce la reproducción sexual. En el caso de híbridos de número cromosómico impar, que son estériles por naturaleza, la propagación vegetativa es la única manera de reproducción posible. Más raramente, el injerto se utiliza para unir más de una variedad en un mismo patrón, obteniendo así un único ejemplar que produce frutos o flores de varias características diferentes.
El injerto sólo es posible entre especies más o menos estrechamente relacionadas, puesto que de otro modo los tejidos resultan incompatibles y la conexión vascular necesaria para la supervivencia de la variedad no se realiza. Normalmente el límite está dado por la pertenencia a un mismo género, aunque existen excepciones; géneros estrechamente emparentados, como algunos de las rutáceas o las cucurbitáceas, pueden funcionar como pie para especies afines.
En la mayoría de los casos, una de las variedades se selecciona como raíz por su resistencia, y el tallo de la especie elegida como variedad se injerta sobre esta base. En otros casos, una yema de la variedad se injerta lateralmente en el tronco del patrón, y sólo después de asegurarse la fusión exitosa se corta este último.